Fertilidad: ¿cuál es el efecto de la edad en la mujer?

– La mujer nace con un número limitado de óvulos.

– El número y calidad de los óvulos empiezan a verse disminuidos después de los 32 a 35 años.

– Es recomendable que la mujer defina su reproducción antes de cumpliar los 40 años.

– La congelación de óvulos es una alternativa.

Cuando la mujer nace, tiene almacenados en sus ovarios aproximadamente dos millones de óvulos. A partir de ahí no vuelve a producir óvulos nuevos, sino que por el contrario, comienza a perderlos de manera acelerada. Ya, en la pubertad, este número se reduce a solo 400 mil y se agotan totalmente, aproximadamente, a los 50 años.

Con el paso del tiempo, además de la disminución en número, ocurre un deterioro en la calidad de los óvulos que permanecen en almacenamiento. Los óvulos deteriorados pueden no fecundar, dando como resultado que no ocurra el embarazo en el mes que ese óvulo es liberado.

Los óvulos deteriorados también pueden fecundar, pero producir un embarazo que se pierde rápidamente en un aborto o que contiene un bebé con anomalías. Las anomalías más comunes asociadas a la edad de la mujer son: la trisomía del cromosoma 21 (Síndrome de Down), trisomía 18 (Síndrome de Edwards) y trisomía 13 (Síndrome de Patau).
Como ejemplo, en mujeres de 20 años nace un bebé con Síndrome de Down por cada dos mil nacidos, pero en mujeres de 35 años ocurre en uno de cada 450; y a los 45 años, en uno de cada 20. Es posible detectar las anomalías más frecuentes (por ejemplo síndrome de Down) haciendo un examen en la sangre de la madre cuando tiene dos meses de gestación.
La fertilidad de la mujer tiene, entonces, su máxima eficiencia entre los 18 y los 30 años. De ahí en adelante, la fertilidad comienza a declinar lentamente hasta los 35 años y rápidamente después de eso, siendo la probabilidad de embarazo muy baja luego de los 43 años, aunque no es totalmente imposible.
La mujer tiene así, un imperativo biológico para definir su vida reproductiva a temprana edad, a expensas de otros proyectos de vida. Una recomendación médica en este sentido, es que la mujer trate de definir su opción reproductiva antes de los 35 años. Lamentablemente esto no siempre es posible o deseable.
La tecnología médica reproductiva puede ofrecer una alternativa al permitir congelar óvulos “jóvenes”, los cuales permanecen conservados para poder ser utilizados varios años después, manteniendo así una fecundidad alta y un riesgo bajo de anomalías para el bebé.