– Los niños concebidos por Fertilización In Vitro presentan un desarrollo psicosocial normal.
– Pueden presentar un embarazo con más riesgo de parto pretérmino y bajo peso al nacer.
– En algunos estudios, se ha encontrado un aumento leve en la incidencia de malformaciones y aumento del riesgo cardiovascular y endocrino en la edad adulta. Estos riesgos parecen estar asociados a los factores de infertilidad de los padres en algunos casos.
Existe el temor a que los bebés que resultan de los tratamientos de reproducción asistida puedan ser distintos a los bebés concebidos naturalmente. Este temor se ha expresado en periódicos, revistas y en la literatura médica. ¿Qué de cierto hay en ello? Desde 1978, cuando nació la primera bebe de Fertilización In Vitro, Louise Brown, han nacido más de 5 millones de bebés en el mundo. En algunos países, el 4% de todos los nacimientos son bebés de reproducción asistida, y no se ha observado que haya un aumento notable de malformaciones mayores.
Varios estudios en poblaciones numerosas en Dinamarca y Países Bajos han encontrado que estos bebés tienen un riesgo similar de presentar anomalías congénitas al nacer (1.9% de anomalías mayores) que los bebés concebidos naturalmente. Otros estudios encuentran un aumento de hasta un 1.4% más de anomalías en los bebés producto de Fertilización In Vitro, pero este aumento parece deberse, en algunos casos, a las condiciones de salud que causaron la infertilidad de los padres. Igualmente parece haber aumento de complicaciones en la gestación, como parto antes del término y bajo peso al nacer.
Los pocos estudios que han examinado adultos que fueron producto de Fertilización In Vitro encuentran un leve aumento en el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, pero no es claro si este aumento se debe al procedimiento en sí o a los factores de infertilidad que hicieron necesario el procedimiento.
Los bebés de reproducción asistida tienen un desarrollo psicomotor normal. Un estudio realizado en Europa, evaluando a niños de dos años, encontró que los niños de reproducción asistida tenían un desarrollo psicomotor normal comparado con el de un grupo de niños de concepción natural. Otros estudios de seguimiento de 6 y 12 años, han confirmado que no hay diferencia.
Son bebés bien adaptados socialmente. En un estudio con jóvenes adolescentes, la Dra. Susan Golombok encontró que los jóvenes producto de reproducción asistida tenían un buen funcionamiento psicosocial cuando se comparaban con jóvenes concebidos naturalmente, y en algunos casos, tenían un mejor funcionamiento familiar. Los autores especulan que puede deberse a que, al ser niños tan esperados y deseados, los padres invierten más tiempo en ellos y los estimulan más.
Son también fértiles. Lousie Brown, la primera bebé producto de Fertilización In Vitro, que ahora tiene más de 40 años, ya tuvo un embarazo y parto de manera espontánea. Muchas otras personas concebidas con reproducción asistida ya han sido padres de manera natural.