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Cuando una mujer pierde un ovario, pierde la mitad de su reserva ovárica.
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Sin embargo, con un solo ovario es posible tener múltiples gestaciones.
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Es importante el control periódico ginecológico para proteger el ovario restante.
Hay varias circunstancias por las cuales una mujer puede haber perdido un ovario, una de ellas es porque tenía un quiste o tumor que por su tamaño o características requirió su extracción completa.
Cuando una mujer nace, los ovarios contienen un número aproximado de dos millones de óvulos y no se producen nuevos durante la vida de la mujer. Por el contrario, desde el nacimiento empiezan a perder en promedio mil óvulos cada mes, hasta que un día se agotan y el ovario deja de funcionar. A esto se le llama menopausia y ocurre usualmente alrededor de los 50 años.
Perder un ovario significa perder la mitad de la reserva ovárica, y esto podría significar que la menopausia ocurra más temprano y se tengan menos óvulos para lograr el embarazo. Afortunadamente, una mujer gasta aproximadamente solo 400 óvulos y un solo ovario puede compensar y proveer suficientes para toda la vida reproductiva de la mujer (desde la pubertad hasta la menopausia) y para tener todos los hijos que desee.
Un punto importante es que la circunstancia que llevó a la pérdida del ovario (endometriosis, quistes, etc.) podría repetirse con más probabilidad si ya sucedió una vez, y podría ponerse en peligro la integridad del segundo ovario y la fertilidad de la mujer. En esta situación, debe plantearse la posibilidad de buscar un embarazo rápidamente o preservar sus óvulos mediante la congelación de ellos.
Las mujeres con un solo ovario deben ser muy responsables con su control ginecológico periódico y sopesar la conveniencia de no posponer demasiado su maternidad.