La sexualidad es una expresión muy amplia y compleja del ser humano, pero es un imperativo biológico para la reproducción humana y perpetuación de la especie. Se trata de la supervivencia de la humanidad.
A partir de los años sesenta, cuando surge la revolución sexual con el desarrollo y uso de los anticonceptivos orales y la apertura social a una vida sexual más libre y placentera, se favorece la disociación entre la sexualidad y la reproducción y se da paso a la posibilidad de la planeación de la familia.
Las parejas actuales viven más tranquila y libremente su sexualidad. Buscan llenar muchas de sus expectativas de vida antes de consolidar una unión estable y, cuando conviven, aplazan el tiempo de llegada de sus bebés, favoreciendo la estabilidad económica, proyección profesional, conocimiento de la pareja y buena comunicación.
Cuando hablamos de sexualidad nos referimos al disfrute y goce sexual originados por el intercambio erótico-genital de las parejas, resultado también de una cercanía emocional, afectiva, y de la expresión física de cariño.
La expresión erótica tiene diferentes momentos o fases de respuesta: el deseo, la excitación, el orgasmo y la resolución. Todas estas sensaciones y expresiones del hombre, la mujer, la pareja están en constante interacción con las circunstancias en que se realizan los acercamientos y caricias, la forma de respuesta de la pareja y hasta del lugar y condiciones donde se dá el contacto sexual. Son determinantes para el logro de un contacto sexual satisfactorio y un adecuado desempeño sexual.
“El deseo es la disposición mental que favorece (o no) conductas, acercamientos sexuales, fantasías eróticas que producen disfrute, goce y placer” -Helen Kaplan
“La excitación también favorece el acercamiento sexual como resultado de la expresión física en la mujer (lubricación y distensión vaginal) y en el hombre la erección. El orgasmo es descrito como la expresión de máximo placer sexual; en el hombre, casi siempre, coincide con el momento de la eyaculación o salida del semen y en la mujer está acompañada de contracciones involuntarias de los músculos pélvicos” (Masters and Johnson).
Cuando la pareja da el paso de convertirse en padre-madre y buscar la fertilidad o, en términos cotidianos, “empieza a buscar bebe”, la sexualidad se puede ver y sentir en algunos momentos trastocada y movilizada. La prioridad del disfrute y del goce, pasa a un segundo plano, ya que lo que se busca en estos coitos es la FERTILIDAD, que se dé la reproducción. Luego de un año o más de búsqueda infructuosa del bebé, la pareja va a pasar por estados emocionales que pueden empezar afectar la vida sexual y la afectividad. La dificultad para concebir es sorpresiva para la pareja. No se espera que haya dificultades. Se da por sentado que todos, si lo deseamos, seremos padres-madres en el momento que lo deseemos. También hay dificultad para aceptar que no se da la concepción y se entra en negación. Además es difícil aceptar ante los amigos y familia la realidad del deseo.
Como el papel de la masculinidad ha estado representado en un imaginario colectivo en el falo (el pene), muchas veces el hombre se ve afectado en su erección, pérdida de ella o dificultad en mantenerla hasta el final del coito. Sentirse evaluado lo amenaza y el miedo o la tristeza a no poder lograr la paternidad, le pueden bloquear en algunos momentos el libre fluir del deseo sexual. En general, cualquier fase de la expresión erótica se puede bloquear o estresar. En la mujer se dificulta frecuentemente el orgasmo o hay poca lubricación, lo que favorece el dolor en la penetración.
Cuando una pareja ingresa a un tratamiento le informamos sobre estas situaciones para que entiendan que son normales y que ocasionalmente pueden presentarse por la presión a la que han estado sometidos. Pero fundamentalmente lo hacemos para prevenir disfunciones sexuales o conflictos mayores que amenacen la continuidad de la relación.
En algunas técnicas de reproducción asistida se recomienda el coito programado como resultado del seguimiento ecográfico de la ovulación, para buscar el que sería el día de mayor probabilidad de fecundidad. Sin embargo, al trabajar con personas que tienen vidas, proyectos y circunstancias distintas, no siempre es en el momento que se eligió dónde está la mejor predisposición para realizarlo. La pareja pudo haber tenido una discusión, alguno estar enfermo, tener un compromiso u otros eventos que sean adversos a que el encuentro sexual se dé. Entender todas estas circunstancias de la vida, hace que el tratamiento y la sexualidad se integren y fluyan para el logro de nuestro objetivo: la tan anhelada gestación.
Es importante entender que el deseo no siempre va a fluir de manera óptima, que la excitación o el orgasmo pueden bloquearse transitoriamente en algunas ocasiones; pero, con la información oportuna y la actitud adecuada, se sobrepasarán estas situaciones pasajeras. También es relevante saber que el disfrute y goce sexual no solo es genital, que la cercanía emocional y afectiva nutre y favorece la dinámica de la pareja y que el contacto amoroso, la comunicación sincera, el mirarse a los ojos, la escucha, el olfato, sentirse… hace que la pareja confabule para su alegría de estar juntos y construir un verdadero sentido de compartir la vida.
Aunque cada vez menos, aún ocurre que se tiende a medir la feminidad y masculinidad, de acuerdo a la capacidad reproductiva y el desempeño sexual. No lograr tener ese hijo puede desencadenar un estado de tristeza y aflicción profunda. También, la pérdida de gestaciones en estadío temprano, son duelos muy complejos que requieren acompañamiento psicológico para evitar desencadenar una depresión, lo que afectaría el deseo y frecuencia sexual.
Finalmente, recomendamos que la sexualidad se cuide y valore como una expresión fundamental de la pareja privilegiando el disfrute, el goce y placer. Porque la búsqueda del embarazo los condicionará a favorecer el coito, así, el contacto no genital, la expresión afectiva, la estimulación corporal, las fantasías sexuales y bienestar deben estar presentes en los contactos de este tipo.
